Tanatorio de Cerdedo (PO). Aunque da a la acera y a la carretera también aparecen algunas aves muertas bajo esta cristalera.
En España (esa peculiar región al norte de África), no hay estudios sobre este tipo de mortalidad pero, en Estados Unidos calcularon que cada año mueren, en el mundo, tras colisionar contra cristales entre 100 y 1000 millones de aves, y en el Reino Unido, según la British Trust for Ornithology, se producen unos 100 millones de colisiones al año, de las que un tercio serían mortales. Aunque estas cifras son una estima (el de la BTO es un calculo basado en el número de aves anilladas encontradas muertas cerca de ventanas), y para algunos científicos son cifras exageradas, lo cierto es que estamos ante una de las principales causas de mortalidad de origen antrópico. Por ej: Erickson et al. (2005) calcularon que del total de aves muertas por causas antropogénicas, el 58,2% se debía a los choques contra edificios o estructuras similares (tales como chimeneas industriales o monumentos).
Las colisiones contra cristales se producen o bien debido a la transparencia (las aves no los perciben e intentan volar a través de ellos) o bien debido al reflejo del paisaje (la vegetación, el cielo,...) sobre la superficie acristalada.
Cristalera posterior. Por si a alguien le parece grande, decir que no es debido al efecto fotográfico. Solo la superficie ocupada por cristal de la parte posterior mide más de 20 metros de largo (22,355 m. para ser exactos) por 2,87 m. de alto. La de la parte delantera (que no he medido) no debe andarle muy lejos.
Efecto túnel: fotografía tomada a través de las dos cristaleras. Vista del monte do Seixo-Serra do Cando (con su correspondiente parque eólico).
Una vez que el edificio ya está construido hay algunas medidas correctoras para tratar de paliar este problema, medidas que consisten, básicamente, en marcar el cristal por la parte exterior para tratar de hacerlo visible para las aves. Una de las más efectivas parece ser la colocación de bandas verticales, de color blanco o claro, de al menos 2 cm. de ancho y separadas entre si 10 cm. (o de 1 cm. de ancho separadas no más de 5 cm.) sobre toda la superficie del cristal. La colocación de persianas (cortinas, estores, etc), adhesivos que reflejen la luz ultravioleta, pinturas especiales,... que cubran gran parte del cristal pueden ser también medidas eficaces. Las típicas pegatinas con siluetas de aves rapaces de color negro no son muy recomendables (difíciles de ver y poco efectivas).
Adhesivo transparente que refleja la luz ultravioleta (muy visible para las aves pero que pasa casi desapercibido para las personas).
Desde que el tanatorio fue construido no sabría decir el número de aves que desde entonces han muerto allí de esta manera tan absurda, sin que hasta el momento nadie haya tomado ninguna medida para tratar de remediarlo. Cualquier cifra que diera sería una infraestima del número real y para poder hacerlo habría que hacer antes un seguimiento constante y riguroso, cosa que por diversos motivos no he hecho. El principal es el de no vivir allí permanentemente. Suelo visitar la aldea siempre que puedo (cuando las circunstancias me lo permiten y el tiempo atmosférico acompaña) pero hay temporadas, como la mayor parte del año pasado, que apenas estuve allí y también ha habido ocasiones que aún estandolo, no he tenido ganas de ir a ver si había algún ave muerta por esta causa (ojos que no ven...). Además, también he comprobado como no es raro que los cadáveres (en especial los que aparecen al pie de la cristalera posterior) desaparezcan al poco tiempo de encontrarlos (incluso durante esa misma noche), o bien que de ellos solo queden restos (alguna pluma y poco más) que indican que han sido consumidos por algún animal (en algunos casos probablemente por Jabalí) con lo que muchos no se detectan.
Petirrojo encontrado muerto el 29/06/2013.
El Petirrojo anterior la mañana del 30/06/2013.
También he visto como en una ocasión un Carbonero garrapinos (Periparus ater) chocaba contra el cristal y tras unos minutos (en los que parecía que iba a morir) se recuperaba aparentemente y se iba volando, eso si, aún algo aturdido. Me pregunto cuantas aves chocaran contra los cristales pero no morirán al instante, sino que lo harán más tarde (ya en otro lugar) a causa de alguna lesión interna provocada por la colisión.
Como ya he dicho no voy a decir una cifra (porque no la tengo) pero sí quiero denunciar lo que está ocurriendo, y aunque resulte bastante desagradable voy a terminar esta entrada mostrando algunas fotografías. No están todas ya que hasta mediados del 2011 no comencé a hacer foto (además de tomar nota) tras cada hallazgo, por lo que faltan varias especies. Entre ellas el Mirlo común (Turdus merula) que, aunque es una de las especies que más frecuentemente ha aparecido muerta, no tengo ninguna foto (en un par de ocasiones por dejadez mía). Evidentemente de algunas especies he encontrado más de un ejemplar muerto pero, creo que con una foto es más que suficiente para hacerse una idea de la cruda realidad.
Acentor común (Prunella modularis)
Agateador común (Certhia brachydactyla)
Curruca capirotada (Sylvia atricapilla)
Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca)
Gavilán (Accipiter nisus). Uno de los 2 ejs. que he encontrado.
Escribano montesino (Emberiza cia)
Motacillidae. Probablemente Lavandera blanca (Motacilla alba)
Pinzón común (Fringilla coelebs)
Petirrojo (Erithacus rubecula)
Trepador azul (Sitta europaea) ?
Verdecillo (Serinus serinus)
Verderón común (Chloris chloris)