sábado, 18 de mayo de 2013

Anostrá... qué?

 Los anostráceos son un primitivo orden de crustáceos branquiópodos, por lo general de entre 1-3 cm. de tamaño, cuyos representantes más conocidos son las especies del género Artemia (Leach, 1819). Se diferencian de otros branquiópodos por no poseer un exoesqueleto ni ningún otro tipo de estructura protectora. Son organismos altamente especializados, capaces de sobrevivir en medios tan inestables como las charcas temporales o efímeras, tanto de aguas dulces como, en ocasiones, hipersalinas. Siempre en hábitats extremos, donde la competencia y la depredación sean menos intensas. 


                                                       Hembra de anostráceo* (1)

 Los branchiópodos incluyen a 11 órdenes (2 de ellos extintos), de los cuales 6 están presentes en el ámbito íbero-balear. De forma coloquial, a los Anostraca, Spinicaudata y Notostraca se los agrupa bajo la denominación de grandes branquiópodos debido al mayor tamaño que presentan con respecto a los Ctenopoda, Anomópoda y Onycopoda.
 Los anostráceos nadan orientando la superficie ventral hacia la luz, y a medida que se desplazan se alimentan, por filtración, de pequeños organismos planctónicos (microplancton), materia orgánica,... que va siendo empujada hacia la boca.

 
                                                      Hembra de anostráceo* (1)
 
 Muestran un gran dimorfismo sexual, presentando los machos unas grandes antenas (en forma de pinzas) que utilizan para sujetar a las hembras en el momento de la cópula. Las hembras por su parte, durante la época de reproducción, presentan un saco ovígero u ovisaco claramente visible.
 La mayor parte de ellos son ovíparos y los huevos, una vez que la charca se seca, resisten mucho tiempo (incluso varios años) entre el sedimento del fondo hasta que el agua vuelve a llenar de nuevo la charca. Una vez que las condiciones son favorables, eclosionan y la colonizan con gran rapidez. De esta forma consiguen evitar a muchos depredadores y disminuir la competencia con otros organismos.
 En la Península Ibérica han sido citadas 11 especies de anostráceos.
 Aunque muchas de estas charcas y estanques temporales deberían estar protegidos por su alto interés científico, o eso dice al menos el Anexo l de la Directiva de Hábitats, lo cierto es que los grandes branquiópodos se encuentran amenazados en toda Europa, siendo las principales causas de su declive la desecación de las masas de agua debido a las prácticas agrícolas, al desarrollo urbanístico, las infraestructuras, los cambios en el régimen hidrológico y, localmente, a la introducción de determinadas especies foráneas. 
 Considerados por algunos como auténticos fósiles vivientes (ya que no han cambiado desde el periodo Jurásico) para otros, sin embargo, pasan simplemente desapercibidos.






Nota: * (1) Probablemente se trata de Tanymastix stagnalis (una especie poco frecuente en la Península Ibérica) pero, para determinarlo con seguridad, habría que estudiar una muestra.
 Las fotos que ilustran esta entrada fueron tomadas in situ (empleando un mini-acuario), en una charca temporal del Monte do Seixo-Serra do Cando (PO) en el verano del 2012, y una vez realizadas, los ejemplares fueron liberados de nuevo al medio. 

 También quiero aprovechar para dar las gracias públicamente a Carlos M. García por sus sabios consejos.


 
 

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